miércoles, 21 de julio de 2010

El 20 de julio condensa muchos hechos y días



EDITORIAL- PERIODICO EL LIBERAL

En la Historia no hay acontecimientos aislados; todo suceso es producto de un proceso y germen de otros. La fecha de ayer, alborozados, celebramos lo ocurrido el 20 de julio de 1810 en Santafé de Bogotá, pero ello no hubiera sido posible sin la serie de hechos externos e internos se dieron en esos revueltos años de finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX. A las mentes de entonces las pusieron a soñar hechos ocurridos a finales del siglo XVIII como La Ilustración, la Independencia de E.U., la Revolución Francesa, la promulgación de los Derechos del Hombre.

El motor de arranque fue la invasión napoleónica a España y la subsecuente oposición de los españoles a tal hecho.

El fulminante fueron hechos ocurridos en América Hispana, como el cabildo abierto de Montevideo de septiembre de 1808, la revolución de Chuquisaca de mayo de 1809, el movimiento de La Paz de julio de 1809, la Independencia de Quito el 10 de agosto de 1809, la creación de la Junta Suprema en Caracas el 19 de abril de 1810, la Independencia de Buenos Aires el 25 de mayo de 1810.

Y a nivel interno, el 20 de julio no se hubiera dado sin el antecedente de la Revolución de los Comuneros de marzo de 1781, el levantamiento de los socorranos en Casanare en 1809, la independencia de Cali el 3 de julio de 1810, la Independencia de el Socorro el 10 de julio de 1810.

Y fue germen del primer congreso de las provincias del Nuevo Reino de Granada, de la Independencia de Pamplona, de la de Mompox el 6 de agosto de 1810, de la de Santa Marta el 10 de agosto de 1810, de la de Cartagena del 11 de noviembre de 1811 y de las acciones ocurridas en Cauca, Cundinamarca y Antioquia.

Así y como dato que no debemos olvidar nunca como colombianos, el 20 de julio condensa muchos hechos y muchos días, sucesos en los que borbotó la compleja y explosiva pugna existente entre las autoridades españolas y los criollos, estamento que detentaba el poder económico entonces.

Celebremos, exultantes, los 200 años de tan magno suceso, pilar de de nuestra nacionalidad, pero no estamos ponderando a todos los que debemos ponderar.

Con los primeros brotes de independentismo, Popayán se convirtió en un importante punto que agremió pensadores y entusiastas para forjar nuestra propia independencia de la potencia española que desconocía las capacidades de los criollos de la élite, ya ansiosos de manejar las riendas de su destino.

Es así como en la propiedad de Mariano Lemos y Hurtado, ubicada en la zona de Los Tejares, tuvo lugar en el mismo año de 1809, una reunión de ciudadanos disidentes en la cual se tomó la decisión de enviar a Ignacio Torres, hermano de Camilo Torres, a Santafé con el fin de hacer contacto con otros ciudadanos de pareceres afines.

Ese fue el comienzo de todo un proceso teñido de sangre, saqueos, ambición desmedida de poder, una reconquista y finalmente la guerra de la independencia que encabezó el general Simón Bolívar y que muchos años después terminó dándole la libertad a cinco naciones.

Gloria a ellos pues hicieron posible que Colombia comenzara a formarse, tarea aún no concluida pues solo llevamos 200 años como nación, lapso que es corto a nivel histórico.

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Para destacar la hermosa fiesta patria que se escenificó en el parque Caldas y en escenarios similares en otras localidades del Cauca. Se sentía ambiente de nacionalismo y amor por nuestro país sentimientos que esperamos se mantengan intactos siempre y no solo en festivos días en el que recordemos a nuestros próceres.

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