lunes, 19 de julio de 2010

1810 La jornada del 20 de Julio.



*Carteleras. I. E. Guillermo Valencia


19 de abril, los patriotas de Caracas deponen a las autoridades realistas y nombran una Junta de Gobierno. 15 de Mayo, desembarcan en Cartagena los comisionados regios Antonio Villavicencio, criollo de Santafé, y Carlos Montúfar, criollo de Quito.
4 de julio, movimiento popular en Pamplona, que derroca al realista Juan Bastús y Falla y pone las riendas del gobierno en una junta compuesta de los miembros del cabildo y de algunos particulares criollos. 10 de julio, el pueblo de El Socorro proclama la Independencia. 20 de julio, un incidente en Santafé con el español Joaquín González Llorente, quien se niega a facilitar un florero para adornar el agasajo al comisionado regio Antonio Villavicencio, enciende la mecha que hará estallar el barril de pólvora de la Independencia. El movimiento popular del 20 de julio es la culminación de un proceso independentista iniciado en 1781 con la revolución de los Comuneros. José María Carbonell moviliza a los artesanos y a las gentes del pueblo de Bogotá, que confluyen a la Plaza mayor y reclaman Cabildo Abierto. Los notables criollos se reúnen con el Virrey y lo conminan a que forme una Junta de Gobierno integrada por criollos, pero presidida por Amar y Borbón. Carbonell rodea el Cuartel de caballería e inmoviliza las tropas de Juan Sámano, que no se atreve a dar orden de disparar contra los amotinados. Viendo que el Virrey no quiere ceder, y que los notables vacilan, José Acevedo y Gómez se asoma al balcón del Cabildo (Costado occidental de la Plaza) y pronuncia la célebre oración que moviliza al pueblo hacia la Real Audiencia, donde están reunidos el Virrey y los notables, y bajo la presión popular se firma el Acta por la cual se constituye la Junta de Gobierno y que se conoce como Acta de la Independencia. Consecuencias políticas. 1) Aunque ese día no hubo ninguna Declaración de Independencia, de hecho el Gobierno pasó a manos de los criollos. 2) La jornada del 20 de julio determina el fin de la Colonia y el comienzo de la transición hacia el régimen republicano."

El 20 de julio fue una fecha memorable, como dice Santos Molano, a pesar de que no hubo una declaración de independencia, de facto el gobierno de la Nueva Granada pasa a manos criollas. Se había regado mucha sangre para llegar a este punto de la historia y mucha más estaría por regarse hasta la conquista de la independencia definitiva de Colombia y de las demás colonias españolas. Doscientos años han pasado desde aquel entonces y todos los cantos, todas las ceremonias, todas la celebraciones que se hagan por esta fecha, serán un reconocimiento a nuestro próceres, pero también serán mero hecho protocolario hasta que los ideales de Nariño y de Bolívar por una verdadera independencia de nuestra América no se vean consumados. Doscientos años más tarde, Colombia ha sido neocolonizada por potencias extranjeras. Sus gobernantes en vez de dar bases a los invasores españoles, han dado ahora bases a nuestros nuevos reyes de ultramar para que nos sigan gobernando desde afuera y en condiciones igualmente oprobiosas o peores que las que reinaban durante la época de la colonia. Los españoles están de nuevo en territorio colombiano, todavía buscando "El Dorado" que nunca encontraron, pero esta vez en nuestras billeteras, y protegidos por tratados internacionales y leyes que como en la época de la colonia sólo sirven para que América siga exportando capitales y Europa siga usufructuando los frutos de nuestro trabajo.

En las siguientes dos reseñas del libro Día a Día de Enrique Santos Molano, veremos cómo los líderes que trataron de alcanzar una verdadera independencia para Colombia han caído asesinados uno tras otro y que los mecanismos de tortura, ejecución y desaparición forzosa empleados por las fuerzas coloniales españolas siguen aún vigentes, y que como dijimos al principio de esta reseña, cambian los personajes de este drama, pero el guión sigue siendo el mismo.

* La obra: Colombia Día a Día, Una Cronología de 15.000 años, por Enrique Santos Molano, Editorial Planeta, 2009

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