LUIS JESUS SOLIS GOMEZ
Al hablar de la independencia siempre se recuerda con mayor facilidad la independencia de Estados Unidos y las batallas suramericanas como la batalla de Boyacá, la batalla de Carabobo, la batalla de Pichincha, etc. etc.Pero las que no recordamos, las que preferimos no recordar son aquellas en donde nuestro pueblo ha sufrido derrotas, como en las batallas de la resistenica indígena, entre otras cosas por que a nosotros los mestizos no nos gusta recordar que en cierta forma nosotros también somos descendientes de los indios, así es preferible sentirse españoles o descendientes de los peninsulares.
Pero cuan orgullosos se sentirían si supieran cuan valerosos fueron los valientes que vendieron cara su vida en la resistencia contra los bandidos españoles que venían invadiendo nuestro territorio, unos desde el Perú y otros desde el Cabo de la vela. Pero hablemos de la resistencia de los indios del Cauca, los patíos en primer lugar que enfrentaron valerosamente a los bandidos Juan de Ampudia y Pedro de Añasco bajo el mando del gran jefe invasor Sebastián de Belcázar, después los pubenenses que con mucho valor se enfrentaron a los españoles en la batalla de Maztales y luego en la batalla de Guazábara en el Tambo. allí entregaron su vida los caciques Payán, Sachacoco y Calambás, podríamos hablar muchas otras batallas pero por ahora digamos que esas fueron las primeras batallas que se pelearon en nuestro territorio por la independencia.
LA BATALLA DE MAZTALES
La historia tradicional dice que Timbío fue fundado el 1º de abril de 1535. Su fundador invariablemente es el teniente Juan de Ampudia, pero que dice la otra historia?.La otra historia dice que esta tierra hacía parte del Imperio Pubenés y que en Timbío se encontraba la Fortaleza de Maztales construída por un cacique de su nombre, por orden del cacique Pubén.
Aquí vendieron cara su vida los hombres más valientes del ejército pubenés y sus mujeres que peleaban hombro a hombre con los hombres para defender la libertad de la patria pubenés.Era el mes de abril de 1535. Dice el historiador Vergara Cerón que celebraban una fiesta por la llegada de los yalcones bajo la dirección de sus jefes, que venían de la falda oriental del Volcán Puracé.“De pronto todo fue alarma y animación en la populosa ciudad, motivadas por la noticia de que fuerzas militares muy numerosas, comandadas por extraños guerreros, avanzaban sobre el campo fortificado de Maztales. La comisión pedía refuerzos y explicaba que no se trataba de tribus vecinas, sino de poderosos efectivos que acababan de esclavizar a las agrupaciones de aborígenes del Valle del Patía”. (Vergara Cerón, Carlos: Los Pubenenses: 1958)Mil quinientos soldados del fuerte Yambitará, fueron enviados por los caciques Yazgüén y Payán a órdenes del cacique Calicanto. El cacique Payán también marchó apresuradamente para ponerse al frente de sus tropas.
Juan de Ampudia, los soldados españoles y una tropa de indios yanaconas, llegaron a la fortaleza.
Los centinelas pubenenses al ver que se acercaban los invasores dieron la alarma y de inmediato se escuchó la algarabía de música de chirimías y gritos de combate de los pubenenses.Los españoles enviaron a un sacerdote que leyó un requerimiento por el cual se les informaba a los indios que el Papa era representante de Dios en la tierra y que él había dado estas tierras al rey de España y que por lo tanto ellos le debían obediencia al rey sino, ellos serían culpables de la violencia que se diera allí.
Los Pubenenses no entendían nada del Papa, ni de reyes extranjeros: a ellos sólo les interesaba defender sus tierras y su libertad, así empezó la batalla de Maztales:
“El cacique Payán ordenó a sus honderos que dispararan sus guaracas, mientras la chirimía volvía a resonar alegremente enardeciendo a los guerreros con sus aires de triunfo. Para la reacción del espíritu combativo de los pubenenses fue salvadora la orden de su general pues muchos jinetes y caballos rodaron por el suelo, derribados por las violentas pedradas de los guaraqueros, lo cual hizo que se oyeran en las murallas gritos de victoria”. (Vergara Cerón, Carlos: Los Pubenenses: 1958).
Vergara Cerón dice que el combate se prolongó por varios días, hasta que el cacique Calicanto abandonó la fortaleza por orden del cacique Payán, para ír a la capital en busca de refuerzos. El cacique Sachacoco le cubrió la retirada pagando este acto con su vida.La puerta por donde salieron el cacique Calicanto y sus soldados fue aprovechada para entrar con la caballería.
“En la parte central del parque se encontraba el cacique Payán rodeado por sus hombres de confianza, al lado flameaba la bandera amarilla del imperio. Grande fue la mortandad de ambos ejércitos. Finalmente llegó la hora de enfrentarse a los dos jefes: Ampudia se lanzó contra el fuerte principal y fue recibido por la macana del cacique y dice la historia que la muerte estuvo a punto de caer sobre Ampudia, pero otra vez la lucha desigual se impuso y el cacique Payán cayó al pie de su bandera”.
(Vergara Cerón, Carlos: Los Pubenenses: 1958)
La batalla siguió por varios días, buscando la retirada, los pubenenses encontraron mas muerte. La princesa Amolanga, esposa del cacique Payán, también entregó su vida defendiendo la libertad de su patria.
Los muertos de la batalla de Maztales fueron enterrados un poco más arriba, donde colocaron tres cruces de madera que posteriormente le dio el nombre al caserío que está hoy sobre ese sitio y se denomina: Las Cruces.
(Solís Gómez, Luis Jesús Solís: Los pueblos del Cauca.
BATALLA DE GUAZABARA
En el Municipio del Tambo, en la Llanura de Guazábara cerca a la población, se libró “las más grande batalla de América” al decir de Carlos Vergara Cerón y de Jaime Zúñiga Salazar, entre los bandidos españoles y los indios patriotas que luchaban por su libertad.“Jorge Robledo y Martín de Amarote, con 14.000 soldados atacaron a 24.000 pubenenses al mando del cacique Calambás, quien los derrotó. En la batalla fue herido Calambás, quien siguió hasta Guazabarita, donde pereció a manos de los españoles.
El segundo día en nuevo encuentro con las tropas españolas de Miguel López Muñoz, pereció valientemente el cacique Novirao y centenares de pubenenses. Días después los caciques Calibío y Chisquío se vieron obligados a rendirse. Después de siete días de lucha en una refriega que duró un mes, el Cacique Yazgüén ordenó la retirada, dejando herido a Belalcázar a manos del cacique Kaldera. En Guazábara combatieron los indios pubenenses, yalcones, paeces, calandaimas, jaguas, chisquíos, coconucos, jamundíes, guacacallos, guambías, andaquíes, calotos, anaconas, piaguas, y yaquilgos, que rubricaron con su sangre el heroísmo de su raza en defensa de la libertad de sus dominios”. (Zúñiga Salazar, Jaime: Geografía del Cauca:1965).
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