domingo, 23 de agosto de 2009

Bicentenario: ¿masas iletradas detrás del gorro frigio?




Escrito por Eduardo Gómez Cerón
miércoles, 19 de agosto de 2009
periodico EL LIBERAL
edgomez@unicauca.edu.co


La Academia colombiana de Historia tiene abierto, hasta el 12 de octubre, su concurso de ensayo “relativo a los antecedentes y procesos revolucionarios que generaron la Independencia del Virreinato de la Nueva granada”, según dicen textualmente sus bases.
Las que agregan que fue acogida la plataforma elaborada por el Comité del Bicentenario que lleva el nombre del historiador José Manuel Restrepo. Los temas para las monografías -una colección insuperable, por lo completa-, son: Economía y democracia antes y después de la Independencia; Territorios, fronteras y ciudades; Estado, Nación y sistemas jurídicos; Guerras, ejércitos y movilización militar; Historia cultural de la Independencia; Iglesia, religión y religiosidades; Cultura material: técnicas, artes y oficios; Etnias, género e Independencia, y un último tema que pudiéramos llamar “endogámico”: Historiografía de la Independencia (los historiadores investigando y escribiendo acerca de sus investigaciones y escritura…).Los tres primeros temas están emparentados: la chispa de la Independencia se encendió por razones de coyuntura pero en el fondo lo que pasaba era que los nuevos regímenes, sepultureros de los antiguos, iban empujando las fronteras en el centro del mundo y en los continentes donde las metrópolis europeas tenían sus colonias: las mercancías de la Revolución industrial tenían que llegar a como diera lugar. En lenguaje contemporáneo, se trató de la primera caída de barreras arancelarias.
Además, acá una nueva clase, comerciante y con el tiempo manufacturera e industrial, estaba impaciente por ser la distribuidora de esas mercancías. En los almacenes o más modestamente en las pulperías -donde se encontraba de todo-, seguía hablándose de las dos categorías de productos: “de Castilla” y de la tierra –se acuerdan del jabón de la tierra?-, pero ya lo “de Castilla” era cada vez más inglés y, con el tiempo, producto fabricado en los Estados Unidos.
Abordando otro de los temas del concurso, La Historia cultural tiene mucho que ver con el reflejo y la traducción de los asuntos económicos y políticos de que se habló antes; llegaron nuevos valores, creencias y símbolos y se los trató de aclimatar en el trópico. De ahí el gorro frigio que portan los próceres en la iconografía de la Independencia, detrás de los cuales -siempre según la misma iconografía- va el pueblo mestizo.¿Le diría mucho el gorro frigio a las masas iletradas? Probablemente no, pero es que la dinámica de las cosas entre nosotros es: allí donde hay jaleo, ahí estamos; si no tenemos nada qué perder, acaso tengamos algo qué ganar (eso vale hasta para las zonas de emergencia que se declaran por los desastres naturales, hoy; o si no, por qué creció la población en los centros urbanos del Eje cafetero, después del terremoto del Armenia, y sin ir más lejos pero si más allá en el tiempo, porqué casi se duplicó la del Popayán post-terremoto?).
Excepción de la conducta mencionada son los territorios como el de Nariño donde se conservaba, en la alta Colonia, un cierto orden económico, social y religioso, estable, y hasta el pueblo sospechaba de las novedades que traían los señoritos, hijos de los criollos; de ahí sale el realista Agualongo, hombre del pueblo donde los haya.Volviendo a las bases del concurso, dicen que los textos, de entre 250 y 450 cuartillas, deben tener un enfoque crítico y estar basados en fuentes documentales primarias. Es decir, competirán los historiadores profesionales, tal vez con investigaciones que ya tenían en curso; por suerte, los hay varios y muy distinguidos, en las Universidades sobre todo. Como en la ya casi bicentenaria Universidad del Cauca.

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