lunes, 11 de enero de 2010

Payanesa, publica novela sobre el bicentenario


La francesa de Santa Bárbara’

Por: Jorge Cardona Alzate
Una novela premiada que le da aire literario al Bicentenario de la Independencia.


Hace 15 años, atraída por descifrar la amalgama entre el pensamiento mágico precolombino y la ilustración europea, que dio lugar a la ciencia en la Nueva Granada, Gloria Inés Peláez empezó a visitar el Observatorio Astronómico. Edificado desde 1803 por iniciativa del sabio naturalista español José Celestino Mutis en el jardín de su Expedición Botánica, el escenario reconstruido le permitió visualizar el personaje que necesitaba para alentar su búsqueda: el abogado y comerciante Francisco José de Caldas.

Como deshaciendo su rastro, sumergida en la pasión por la historia, fue asimilando los pasos de su destino heroico. Su abolengo de Popayán, sus estudios en el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, su rabia al saber que Mutis prefirió a su sobrino para legar la dirección de la Expedición Botánica, su matrimonio por poder, el impulso que lo volvió ingeniero militar en la causa patriótica, su fusilamiento por la espalda en octubre de 1816 en la Plazuela de San Francisco. El coprotagonista tenía nombre.

Luego necesitaba la armadura de la época. Los escenarios de la Nueva Granada entre el final del Siglo de las Luces y los tiempos revolucionarios del XIX. Los planos de Santa Fe de Bogotá, las cartas, los periódicos, los libros, la voz de los especialistas. “El astrónomo e historiador Jorge Arias de Greiff fue vital en esa búsqueda”, admite Gloria Inés Peláez. Días, semanas, meses, años, su pasión de antropóloga volcada al encuentro de las tradiciones esotéricas mestizas, la efervescencia por la Independencia o las parafernalias sociales.

Lo demás lo hizo su disciplina de escritora. Ideó a una mujer resuelta, letrada, de origen francés, amiga de los naturalistas Alejandro de Humboldt y Aimé Bonpland durante su expedición a América. La concibió desnuda en la Cámara Stellata del Observatorio Astronómico, donde el sabio Caldas auscultaba el cielo o conspiraba con los criollos. La despojó de su corpiño, le quitó sus calzones de lino, la convirtió en amante y madre de un niño no reconocido. Con argumentos poéticos le dio vida literaria.

En 1999 fue una narración corta y con ella Gloria Inés Peláez obtuvo el Concurso Nacional de Cuento Ciudad de Barrancabermeja. Dos años después crecieron sus páginas y fue incluida como capítulo de una antología de literatura erótica. En 2009, dejando que su personaje liberara sus sueños llegó a 139 cuartillas y la Universidad de Antioquia le otorgó el Premio Nacional de Novela. Ahora se llama La francesa de Santa Bárbara y su autora ya no puede tocar más el texto. Ahora le pertenece a sus lectores.

Acaba de ser publicada y, sin proponérselo, aparece en el momento preciso en que el Bicentenario de la Independencia requería también un aire literario. Justa retribución a una antropóloga de la Universidad Nacional nacida en Manizales, que siempre ha tenido clara su vocación por la palabra. Desde finales de los años 70, cuando en las noches en un viejo apartamento de Bogotá, sólo se oían las teclas de su máquina de escribir y, bajo el seudónimo de Miguelita de Acatán —un personaje de Asturias—, ella soñaba con hacerse escritora.

Ahora lo es y a sus cinco distinciones como cuentista en diferentes concursos y el libro Roa séptima con catorce con relatos sobre acontecimientos de Bogotá, ahora suma su primera novela, “de alta calidad literaria, transparencia de estilo, fluidez, solidez en la construcción y verosimilitud en el ambiente histórico”, como dejaron consignada en el acta los jurados del Premio Nacional de Novela de la Universidad de Antioquia. Con su silencio a cuestas, ella se limita a comentar: “Fue una novela de taller”.

Y es cierto. Formada en el Taller de Escritores de la Universidad Central que desde hace 29 años dirige el maestro Isaías Peña Gutiérrez, y luego en el Centro de Estudios Alejo Carpentier de Bogotá, sus amigos y colegas saben que La francesa de Santa Bárbara tuvo tantos lectores con guillotina como contertulios alentando su poética. De alguna manera todos ellos están inmersos en la impecable obra que la catedrática universitaria, guionista y antropóloga Gloria Inés Peláez entrega a los lectores.

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