martes, 5 de abril de 2011

DISCURSO DE NICOLAS RAMOS, PRESIDENTE COMITE BICENTENARIO DE LA INDEPDENCIA VALLECAUCANA





FOTOS: LICEHT VALENCIA, GUSTAVO ZORRILLA


Señor Gobernador del Cauca, doctor Guillermo Alberto González Mosquera, su interés en la preparación de esta gloriosa conmemoración para honrar a esos héroes, responde con creces al talante de señorío e hidalguía de la ciudad procera, de su apego a la democracia y a la libertad que honró desde los albores de la lucha por nuestra Independencia de España.





Señor Gobernador del Valle, Doctor Francisco José Lourido Muñoz, usted, como gran Maestre de la Orden de las Ciudades Confederadas del Valle, encabeza la delegación de ellas para rendir tributo de gratitud y homenaje a sus hijos preclaros que aquí lucharon y derramaron su sangre por la libertad. Autoridades de los Departamentos del Cauca y Valle, señor Alcalde de Totoró, Señor Alcalde de Popayán, señores comandantes, oficiales y miembros de nuestras fuerzas militares y de policía. Ilustrísimo señor Arzobispo de Popayán, Señores Alcaldes y Presidentes de los Cabildos de las ciudades Confederadas o Amigas del Valle del Cauca: Santa Ana de los Caballeros de Anserma, Guadalajara de Buga, Nueva Segovia de San Esteban de Caloto, Santiago de Cali, San Jorge de Cartago y Nuestra Señora de la Consolación de Toro, cuyas comunidades dieron ejemplo precursor en la lucha por nuestra independencia. Ellas, con sus hombres y recursos, formaron ese ejército que se cubrió de gloria en este lugar, que debe ser sitio votivo permanente para honrar a la patria. Señor Comandante y soldados del Batallón de Artillería Número Tres Batalla de Palacé, que con orgullo mantiene en alto la tradición de quienes aquí alcanzaron la victoria al ser los primeros colombianos en luchar por la libertad. Señores Rectores de las Universidades del Cauca y Autónoma de Popayán, Señores miembros de las Academias de Historia del Cauca y del Valle. Doctor Marco Antonio Valencia, Presidente del Comité del Bicentenario del Cauca y miembros del Comité. Señores Miembros del Comité del Bicentenario de la Independencia Vallecaucana. Señor Javier Patiño. Gracias por su interés en restaurar el olvidado monumento que aquí existe y colaborar en la preparación de esta ceremonia. Señoras y señores:





AQUÍ SE INICIÓ LA GESTA LIBERTADORA


Soldados sin coraza Ganaron la batalla Su varonil aliento De escudo les sirvió. Ello ocurrió por primera vez en este sitio, cuando mil ochenta hombres, reunidos a prisa en las ciudades confederadas o amigas del Valle; Santa Ana de los Caballeros de Anserma, Guadalajara de Buga, Nueva Segovia de San Esteban de Caloto, Santiago de Cali, San Jorge de Cartago y Nuestra Señora de la Consolación de Toro, junto con 120 hombres enviados por la Junta de Gobierno de Santa Fe, libraron la primera batalla en la guerra por nuestra Independencia. Esta región unida como un todo para enfrentarla, se constituyó en un caso único en ese empeño que duraría doce años. Igualmente en 1822, los hombres de las Ciudades Confederadas fueron los últimos en alistarse para completar la campaña por la libertad. Este hecho glorioso se dio gracias a que, el 3 de julio de 1810, se habían reunido en la sala consistorial de la muy noble y muy leal ciudad de Santiago de Cali, para suscribir el acta de autodeterminación o primer grito de independencia, 37 ciudadanos, entre ellos ocho frailes franciscanos del Colegio de Misiones de San Joaquín.




El primero de febrero de 1811, en esa misma sala consistorial, ante la urgencia de combatir al Gobernador realista de Popayán, se reunieron, entre otros, don José María Cabal por la ciudad de Caloto, don Joaquín Fernández de Soto por la de Buga, Fray José Joaquín Meléndez por Cartago, don José María de Cuero por Anserma, Fray José Joaquín de Escobar por Toro y don Joaquín de Caycedo y Cuero por Cali y crearon las Ciudades Confederadas o Amigas del Valle o Junta Provisional de Gobierno. Esta unión solidaria de la región para iniciar la lucha por su autodeterminación, fue prontamente ratificada por los cabildos de esas ciudades. Esa Junta de Gobierno formó un contingente, inicialmente llamado Batallón Patriotas de Cali, que con los aportes de las Ciudades Confederadas completó un cuerpo de 1080 hombres. Esos patriotas, sin ninguna o muy poca experiencia militar y pobremente armados, pero llenos de coraje y valor y los 120 enviados de Santa Fe al mando del Coronel Antonio Baraya, se enfrentaron al ejército realista del Gobernador de Popayán, don Miguel Tacón y Rosique, compuesto por 1300 hombres, cuatro piezas de artillería menores y dos culebrinas. Los veteranos soldados realistas no habían sufrido las penalidades de la larga marcha para llegar a este lugar, como si el novel ejército patriota que venía a cumplir su deber con la república que nacía. Las ciudades de La Plata y Neiva, avisadas de la situación por la que atravesaba el Valle, organizaron un cuerpo de tropas comandadas por José Díaz, que atravesaron la cordillera y salieron a la altura de Guambías (Silvia), que sin alcanzar a participar en la acción, distrajeron fuerzas del Gobernador de Popayán. El parte a la Junta de las Ciudades Confederadas del Coronel Baraya sobre la batalla dice: “Tuvimos por nuestra parte ocho muertos y de la clase de oficiales solo murieron el capitán de voluntarios de Buga, don Miguel Cabal y el subteniente de bandera de Cali, don Manuel María Larrahondo. Heridos tuvimos veinte: algunos de gravedad; y el alférez de caballería don Francisco Micolta y yo lo fuimos levemente. De los enemigos hemos hallado muertos treinta y uno y al capitán don Alonso Almazán. De los heridos que se fueron a Popayán han muerto varios”. Esos ocho hombres son los primeros mártires de nuestra independencia y como un deber patriótico con su memoria y la de quienes con su sangre iniciaron la larga lucha de triunfos y derrotas que terminó para Colombia en Bomboná en 1821. La placa que se ha descubierto es para que sean reconocidos y honrados por las generaciones presentes y venideras. El monumento conmemorativo, aquí erigido, debe ser cada día más notorio y perenne por ser el sitio de la República en donde nuestros compatriotas lograron el primer triunfo en el inicio de la gesta gloriosa de nuestra Independencia y ofrendaron su vida a la Patria. El primero de abril, de 1811, en medio de música y oriflamas, el ejército del Coronel Baraya hizo su entrada triunfal a la ilustre ciudad de Popayán, encabezando el desfile.la bandera azul y blanca que portó aquí el subteniente Manuel María Larrahondo, hoy emblema del Departamento del Valle. El historiador payanés Don Santiago Arroyo describe así su entrada: “El Comandante Baraya ocupó la ciudad el 1º de abril; salieron a recibirlo a caballo, las personas más notables y se le agasajó como era debido”. Esos mismos vallecaucanos, el 30 de enero de 1812, en la primera batalla naval de la gesta libertadora en Santa Barbará de Iscuandé, culminaron lo iniciado aquí. Según el informe del Comandante de esa operación, Coronel José Ignacio Rodríguez (alias mosca), con la derrota del Gobernador Tacón y Rosique la costa pacífica quedó libre de realistas. Es por ello que debemos estar, el próximo 30 de enero de 2012, en Santa Bárbara de Iscuandé, para rendir tributo a esos patriotas. Las dificultades y penalidades de esas campañas, como todas las de la Independencia, no es fácil imaginarlas hoy con los medios de comunicación que existen. Pero la gente de las Ciudades Confederadas continuó la lucha y así el 20 de septiembre de 1819, con tropa al mando del General Joaquín Ricaurte y Torrijos los vallecaucanos se liberaron completamente de realistas en la Batalla de San Juanito, en las goteras de la ciudad de Guadalajara de Buga. La Batalla del Puente de Boyacá, cambió el curso de la guerra, pero aún faltaba lograr la victoria final. Así, dos años después, el 28 de enero de 1821 el Gobernador José Concha informa al Vicepresidente Santander: “Mis peroraciones y el patriotismo de los religiosos de San Francisco que bastante me han ayudado en la recluta de los 4000 hombres”. El Gobernador se refiere a los hombres que marcharon a la campaña del sur para sellar la independencia del país. Es decir, cuando Santa Fe celebraba la victoria del Puente sobre el Río Taninos, los vallecaucanos seguían en la lucha y en 1822 acompañaron al Libertador don Simón Bolívar y Palacios a completar la Independencia de Ecuador, Perú y Bolivia. Esto era fundamental para consolidar la liberación, no solo de Colombia, sino de toda la América que dominaba España. Señores Gobernadores, señores maestros: Es vergüenza para la patria la ignorancia que tienen las nuevas generaciones de su historia. Que no se enseñe historia en escuelas y colegios es imperdonable, pues así no se fomenta el amor patrio ni tampoco se enseña ética y menos urbanidad que son elementos fundamentales o básicos para formar hombres con talante de bien. Estamos informando y creando consumidores, pero no ciudadanos que honren su estirpe, amen la patria, respeten la Ley, cuiden el ambiente, cumplan sus deberes antes que exigir derechos y algo fundamental para vivir en una sociedad democrática; el respeto profundo a los derechos de sus semejantes. Junto con el gran esfuerzo del gobierno por combatir el delito en todas sus formas para lograr el imperio del bien, es imprescindible formar buenos ciudadanos desde la niñez, que sepan honrar a quienes lo dieron todo y a los que hoy, con igual entrega, siguen ofrendaron su vida por la patria. Esta inquietud sobre el futuro, que comparte gran mayoría de nuestros compatriotas, trae a mi memoria el lema de la Universidad del Cauca, Institución que en pocos años también será bicentenaria: “Posteris lumen morituros edat” que bien se puede traducir como el deber que tenemos de transmitir a la posteridad la luz de la verdad y la hombría de bien, es decir el compromiso de formar los hombres que hagan grande y noble a Colombia. Los señores Alcaldes y Presidentes de los Concejos de las Ciudades Confederadas, con su presencia honran a sus hijos y tienen el compromiso de destacar sus nombres. Colombia debe reconocimiento imperecedero a quienes iniciaron la larga y cruenta lucha por nuestra independencia. A todos ellos, hombres y mujeres, les debemos gratitud y rendirles todo honor. Los que en este sitio glorioso de la patria lucharon y quienes rindieron su vida por la libertad, son ejemplo de entrega a la patria para las nuevas generaciones. En nombre de los Comités del Bicentenario de la Independencia, agradecemos la presencia de nuestros compatriotas en este sitio, en donde hemos venido a enaltecer la memoria de esos precursores. Honor y gloria a esos pioneros. Que su vida y obra nos oriente en el esfuerzo, que debe ser permanente y sin desmayos, para sentirnos cada día más orgullosos de nuestra amada Colombia, que lo tiene todo, para dar ejemplo al mundo de cumplir el lema de nuestro escudo: Libertad y Orden. Muchas gracias

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